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Sobre La nobleza de Estado*
Entrevista a Pierre Bourdieu

La noblesse d'Etat: grandes écoles et esprit de corps representa una de las obras más importantes escritas en la trayectoria intelectual de Pierre Bourdieu. Con motivo de la publicación de este libro en 1989, Didier Eribon, intelectual francés, realizó una entrevista 1 al célebre sociólogo francés en la que éste expresa a grandes rasgos los resultados de más de 20 años de investigación sobre las Grandes Escuelas en Francia.

Nouvel Observateur: ¿Por qué decidió retomar el sistema educativo que había dejado un poco de lado desde la publicación de Los herederos y La reproducción?

Pierre Bourdieu: Las empresas de investigación requieren inversiones muy difíciles: la encuesta sobre las Grandes Escuelas 2 comenzó en 1966 y se extendió hasta 1969. Pasé de las Escuelas normales superiores a la Université X, de laÉcole des hautes études commerciales (HEC), a la École nationale d'administration (ENA), etc. De ahí a un análisis del patronato, de la alta función pública, de los profesores de enseñanza superior, etc. Así pues, permanecí sobre el mismo terreno pero la orientación de mi trabajo cambió mucho. Pienso que no es posible comprender lo que es el poder, ni la transmisión de poder, en todas las sociedades desarrolladas, del Oeste al Este, sin tomar en cuenta la acción de la escuela.

N.O: ¿Por qué redujo su campo de análisis a las Grandes Escuelas?

P.B: Pasé de un estudio sobre el conjunto de las instituciones de enseñanza superior, desde las más grandes y célebres, como la École normale supérieure (ENS), la Université X o la ENA, hasta las más ínfimas como los IUT (Instituts universitaires de technologie) o la Ecole francaise de Tannerie de Lyon que pueden observarse en los diagramas. Al interior de ese espacio enfoqué el microscopio sobre las más grandes. Eso por dos razones: había formado la hipótesis de que el espacio de las Grandes Escuelas, esto es las Grandes Escuelas en tanto que forman una estructura de relaciones y oposiciones, contribuía a reproducir las diferencias al interior de lo que se llama comúnmente « la clase dirigente ». A condición de estudiar no una Escuela sino el conjunto que forman es posible comprender las funciones mayores que desempeñan.

La mejor de las monografías sobre la Rue-d'Ulm o la HEC no puede decir lo esencial, porque lo esencial se encuentra en la relación que esas instituciones mantienen las unas con las otras, tanto al instante como a largo plazo, en su funcionamiento y cambio.

N.O: Usted comenzó este análisis en 1966 y lo finalizó en 1988. ¿Qué cambió en las Grandes Escuelas?

P.B: Existen al mismo tiempo muchos cambios superficiales y una gran constante en lo esencial. Las oposiciones cardinales, entre las escuelas que conducen a las carreras intelectuales y aquéllas que conducen a las esferas de poder, se encuentran intactas. Al igual que una serie de oposiciones secundarias que analizo en detalle. Todos los indicadores estadísticos tienden a mostrar que la distancia entre las grandes y pequeñas escuelas o facultades, o, si se prefiere, entre la gran y pequeña puerta, ha aumentado, y que las diferencias al interior del universo de las Grandes Escuelas igualmente se acrecientan. Uno de los efectos del sistema en su forma inicial, en vísperas del 68, consistía en crear verdaderos grupos culturales aislados muy homogéneos que se podrían comparar a las poblaciones insulares.

Con frecuencia se señala que los etnólogos tienen predilección por estudiar las islas, pues son universos cerrados y se puede tener la ilusión de vérselas con un objeto muy delimitado. Las Grandes Escuelas son un poco una trampa para los etnólogos en la medida que tiendan a producir universos cerrados lo más homogéneos posibles. El sentimiento del paraiso perdido que experimentan con frecuencia los antiguos alumnos resulta del hecho que nunca encontraron en lo sucesivo universos sociales compuestos de personas con las que tuvieran las mismas cosas en común, lo cual provocó discrepancias entre ellos. Hoy en día la homogeneidad es más fuerte que nunca. La Rue-d'Ulm jamás contó con una proporción tan alta de hijos de profesores de primaria o de liceo. Lo mismo para los hijos de los grandes comerciantes o industriales en la HEC o los hijos de grandes funcionarios en la ENA.

N.O: Desde la perspectiva del reclutamieto social, ¿cómo se caracteriza la evolución?

P.B: Es un proceso muy complejo que sólo puedo caracterizar en su principio y el cual es ocultado por todos los discursos que hablan sobre la democratización. Hubo un crecimiento masivo de la escolarización e igualmente una intensificación en la competencia y concurrencia. Con esto la selección social se acrecienta mucho más todavía. Existen mil indicios al respecto.

Es claro que en las clases de sexto 3 se encuentran alumnos de todos los origenes sociales, éstas comprenden a los hijos de inmigrantes, pero ha operado una traslación, y en las clases de segundo 4, cuando las cosas comienzan a ponerse serias, y sobre todo en los segundos serios (observe la composición social de los segundos C de Louis-le-Grand 5), el juego es todavía más reñido que hace 20 años. La « democratización » representa, en efecto, un aumento en el número de competidores. La sobrevivencia en el curso escolar es más difícil y, por consecuencia, las ventajas culturales que es necesario poseer al inicio, y a lo largo de todo el curso para sobrevivir a esta selección, son cada vez más importantes. Para acceder a la Ulm-Sciences, a la Ulm-lettres o al Politécnico, es necesario más capital cultural que nunca, y la cultura heredada en la familia juega un papel cada vez mayor. Por tanto el origen social de los alumnos que acceden a esas escuelas no cesa de elevarse. Si el estudiante modal de Ulm-lettres era en los años 50s hijo de profesor de primaria, hoy en día es hijo de profesor de liceo y quizás profesor de enseñanza superior.

N.O: ¿En cierto sentido se podría decir que es el triunfo de los hijos de profesores?

PB: Sí, pero no es tan simple… pues el sistema ha secretado, por medio de una serie de acciones de todo orden que describo extensamente, una multiplicidad de vías alternativas que ofrecen a los rechazados de la vía real los medios para esquivar la barrera escolar. Quiero hablar de la proliferación de escuelas privadas, escuelas de comercio, gestión y comunicación…

N.O: Cuando dice los « rechazados » del sistema escolar, ¿usted se refiere a los hijos de inmigrantes o chicos de origen social modesto?

PB: No, a ese nivel desaparecieron desde hace algún tiempo. Esas escuelas refugio, a menudo muy costosas, reciben a los hijos de la burguesía de capital cultural débil: grandes comerciantes, industriales, etc. Éstas ofrecen una segunda oportunidad a sus alumnos y les aseguran el mínimo de títulos necesarios para arreglárselas, sobre todo en las nuevas profesiones como el marketing, la publicidad, pero también en la industria y el comercio. Otro hecho importante es que la proliferación de escuelas provoca en los alumnos la sensación de estar perdidos. Y para tener un buen sentido de orientación del porvenir, hace falta tener un dominio práctico del universo de las instituciones o un mapa de las características que doy bajo la forma de diagrama (es posible que mi libro pueda servir de guía u orientación). Uno de los grandes factores de desigualdad ante la enseñanza superior es la desigual distribución del sentido de orientación del porvenir, es decir del conocimiento práctico que los estudiantes y las familias pueden tener de ese mercado. Las vías alternativas se han multiplicado. Éstas casi siempre se reservan a los mejor provistos económicamente. Pero también es el caso de las vías que llevan a ocupar cargos sin resposabilidades, callejones sin salida que no llevan a nada, trampas de la que no es posible escapar, así como determinadas disciplinas y ciertas facultades: Letras, Derecho o incluso Ciencias, donde van a recluirse los estudiantes descendientes de las clases medias y populares.

N.O: Sí, porque existe gran confusión y los alumnos, o sus familias, no saben con certeza a cual escuela consagrarse.

P.B: Sólo pueden librarse quienes conocen un poco las reglas del juego. Pero hay dos formas de equivocarse. Están quienes no saben. Existen demasiados, se les ve al momento de las inscripciones. Se encuentran desconcertados. Se inscriben no importa donde. Y hay quienes creen saber: los elegidos víctimas de su elección. Fueron consagrados por la institución escolar y piensan que las cosas son como en el pasado, sin ver esta especie de deriva continental que se desplaza insensiblemente. No ven por ejemplo que el centro de poder no está más en el Politécnico sino en la ENA y a fortiori que no está más en Ulm. El desfase se vuelve así cada vez mayor entre los « méritos » escolares y los beneficios sociales, lo que es sin duda una de las causas fundamentales de la revuelta ambigua, « revolucionaria », y conservadora, de los profesores: un alumno de HEC o de Sciences-Po va a ganar 10 veces más al terminar sus estudios que un normalista.

N.O: Así pues ¿es necesario distinguir entre Grandes Escuelas de saber y Grandes Escuelas de poder?

P.B: Cuando comencé esta encuesta no había pensado en colocar a Science-Po dentro del conjunto de las Grandes Escuelas cuyo diploma es el más rentable en el mercado de trabajo. Aunque permanece incomparablemente inferior si se toman por criterio las menciones al baccalauréaut 6 o las nominaciones al concurso general 7. Pero podría decir que la lucha continua. Las cuatro o cinco Grandes Escuelas más importantes luchan continuamente por la supremacía escolar, política, social, económica. La lógica de esta lucha simbólica es muy semejante a la de los Salones en la época de Proust. Es una competencia donde cada uno, paradójicamente, depende de la opinión de los otros, quienes no tienen interés en otorgar a los otros el reconocimiento que piden. Los candidatos tienen interés en « impresionar » al adversario.

Analizo por ejemplo los mecanismos de autopromoción simbólica por los cuales la HEC se ha impuesto como una escuela de primer orden. Las pequeñas escuelas de comercio y comunicación proceden hoy en día de la misma manera en relación a la HEC o Sciences Po. En reacción las otras escuelas marcan su distancia. Existe todo un juego muy sutil alrededor de las equivalencias que las escuelas se atribuyen o rechazan. La Rue-Ulm, cuando en los años 50s rara vez se proyectaba presentarse con la ENA, tuvo la ingenuidad por medio de sus responsables, de pedir equivalencias con la ENA y después con Sciences-Po. Al principio la ENA, « halagada » de ver llegar semejantes candidatos, clasificaba de primer oficio a los literatos normalistas. Hoy la ENA tiene el pundonor de rechazar a algunos normalistas, incluso científicos.

N.O: ¿Pero qué ha pasado mientras tanto entre la Ulm y la ENA, que son los polos opuestos de su diagrama?

P.B: Son universos de creencia que consisten en hacer creer que son los mejores, the best and the brightest. Pero para hacerlo creer también es necesario creerlo, y para creerlo hace falta seguridad. Así pues, la ENA da en efecto el acceso a las mejores posiciones sociales y económicas. Es el resultado de un largo proceso. Analicé las razones de su éxito. Para resumir, es necesario saber que antes de la ENA existían ya, desde el siglo XIX, concursos para los grandes cuerpos. La ENA operó una especie de concentración de todos esos concursos separados, es decir una verdadera concentración de capital simbólico, ya muy grande, que era vinculado a cada unos de ellos. Además es la única escuela que prepara para ejercer el poder.

La Escuela Normal simpre produjo presidentes de la República, diplomáticos, pero eran un poco tránsfugas. Ésta permanecía orientada hacia la investigación, la enseñanza superior. El Politécnico siempre ha provisto a los grandes cuadros. Pero su función principal era proveer ingenieros. Mientras que la ENA fue constituida de entrada como escuela de poder, lo que le daba una considerable ventaja en la competencia. Así, ella podía llamar a todos quienes por su origen se sentían legitimados a reivindicar el poder con todas las ventajas para hacerlo, en particular el capital de relaciones sociales y disposiciones mundanas sin las cuales el capital escolar no es nada, al menos en algunos mercados.

En la actualidad la ENA conduce con mayor seguridad que el Politécnico al poder sobre la economía. Se concibe que un gran ingeniero del Politécnico pueda llegar a ser el dirigente de una empresa industrial, pero para la ENA es más bien paradójico. Y fuertes consecuencias para el funcionamiento de la banca y la economía. Alguien me decía (es un poco simplificador) que eso consiste en reclutar generales tomando por criterio las capacidades que manifiestan en las oficinas en tiempos de paz…

N.O: En todo caso, a través de escuelas como Sciences-Po, la ENA, HEC, u otras, aún menos consagradas, el acceso a las posiciones de poder esta reservado de hecho a los hijos de quienes ya las ocupan. ¿De ahí su título: « Nobleza de Estado »?

P.B: Es como la transmisión hereditaria de títulos de nobleza, con la particularidad que el acceso a las posiciones de poder económico, social y político, pasa por la obtención de títulos escolares. Y que el vínculo entre los poseedores de posiciones y sus sucesores sólo es estadístico. No se puede estar seguro que el hijo del rey nuclear sera rey nuclear…

N.O: Usted señala a Mauss y la noción de magia, a Marc Bloch y sus análisis de la caballería en la Edad Media.

P.B: Fue la segunda razón, más teórica, de mi interés por las Grandes Escuelas. Uno de los mayores efectos de estas instituciones es llevar a cabo lo que llamo ritos de institución, semejantes a quienes marcan, en otras sociedades, el paso al estatus de hombre realizado, plenamente hombre, en oposición a los niños que todavía no lo experimentan, pero sobre todo con relación a las mujeres que jamás lo experimentarán, por ejemplo la cincuncisión. Estos ritos marcan una separación, una frontera sagrada como la que en los concursos separa al último admitido del primer rechazado, toque mágico que produce una diferencia para toda la vida. Los grandes concursos son los ritos mágicos por los cuales nuestra sociedad instituye a su legítimos herederos. Con referencia al acto de armar solemnemente a un caballero, Marc Bloch habla de ordenación de un sacerdote quien también está puesto en orden, clasificado, y además de creación de un orden en el sentido de grupo social separado de los otros por diferencias de esencia. Es cierto que la transmisión de competencia técnica es cada vez mayor en la medida que se aproxima hacia el polo de las escuelas de poder como usted dijo. Y también sin duda en la medida que se avanza con el tiempo. Pero es precisamente esta transmisión de competencia técnica quien disimula la transmisión social, el acto de consagración, de legitimación por el título, todo aquéllo que hace que el título escolar sea en el sentido estricto de la palabra un título de nobleza.

N.O: ¿Es por ello que también su libro trata de una teoría del poder?

Intenté, apoyándome en el trabajo de los historiadores de la educación y de la institución parlamentaria, y sobre las grandes teorías clásicas que los hommes de robe (hombres de toga) 8 han producido desde el siglo XVI, mostrar cómo se ha constituido poco a poco este cuerpo (antes que clase) que debió producir el Estado para reproducirse y para imponer su dominación, y que debe de reproducir el Estado para reproducirse. Esta burguesía de toga, convertida en nobleza, encontró con la ENA su instrumento de reproducción ideal.

*Traducción a cargo de Christian Hernández Pérez

NOTAS
1. Publicada en Le Nouvel Observateur, 9-15 marzo de 1989, pp. 80-82. Versión electrónica Sur La noblesse d'État

2. Las grandes écoles (Grandes Escuelas) son escuelas de enseñanza superior en Francia caracterizadas por su estricto sistema de selección y el alto nivel otorgado a sus diplomas.

3. Corresponden al primer nivel de enseñanza secundaria en Francia. La edad media en estas clases es de 11 años.

4. Las clases de segundo se refieren al primer nivel o año en los liceos generales o tecnológicos. La edad media de estas clases es de 15 años.

5. Es uno de los liceos más destacados en Paris. Tiene la función de preparar el ingreso de sus alumnos a las Grandes Escuelas

6. Baccalauréaut es un diploma que otorga el sistema educativo francés al finalizar los estudios secundarios. Tiene la particularidad de abrir el acceso a la enseñanza superior pues constituye el primer grado universitario. Las menciones al baccalauréaut son otorgadas a los alumnos que obtuvieron una media superior o igual a 12.

7. El concurso general es un concurso destinado a galardonar cada año a los mejores alumnos de las clases de primer y terminal (edad media de estas clases 17 y 18 años respectivamente) en el concurso general de liceos y a los aprendices en el concurso general de profesiones.

8. La noblesse de robe durante el Antiguo Régimen en Francia alude a los nobles que ocupaban funciones de gobierno y de justicia. Estas personas debían tener estudios universitarios y por tanto vestir la robe o toga de graduados universitarios. De esta forma fueron apodados como robin, hommes de robe, y en su conjunto noblesse de robe.

Fuente: Wikipedia


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